Nació por La Guadalosa donde La Pampa se aleja, entre corrales de ovejas de Telén hacia el poniente, el poeta no vidente Roberto Sejas.
Allá por El Diablo Rojo supo andar de madrugadas, con su acordeón trasnochada y su inmenso cancionero, del barrio Los Pisaderos, con su guitarra abrazada.
“Copleros de Victorica” siempre ensillaban sus notas, la poesía en gotas iban regando el camino, entre cantores y vinos en el boliche “La Posta”.
Versos extraídos con permiso del autor, Ariel Alpataco Vazquez, del libro Los Últimos Puesteros.