Los últimos puesteros: Julio Martínez

Tengo un quirquincho en las brasas
con leña de piquillines,
se queman los chinchulines
recién llegó el invitado,
le está aflojando el recado 
al zaino Julio Martínez.
Al trote cito nomás
no quiere apurar el tranco,
se vino como el carancho 
revoloteando bajito,
de aquel humilde puestito
por el “Agua de los Chanchos”.
En el lejano ranchito 
se crió muy humilde y sano,
es triste para un paisano 
tener ausente a su padre,
y el vacío de su madre
que los unió con su hermano.

Versos extraídos con permiso del autor, Ariel “Alpataco” Vazquez, del libro Los últimos puesteros.