Tengo las cartas en la mano pero le pierdo los rastros, yo tengo el ancho de bastos, sobre la mesa un patay al Poroto Peletay le gritaré un vale cuatro.
Al que nació en Chical có, al que yo quiero nombrar, al que se fue a Chos Malal aquel de tranco pasuco, le voy a gritar retruco por si me quiere probar.
En la estancia Vista Alegre donde capaba terneros, y aquellos años fuleros había que repuntar, años que no ha de olvidar cuando anduvo de puestero.
Versos extraídos con permiso del autor, Ariel ”Alpataco” Vazquez, del libro Los últimos puesteros.