Más de 50 millones de bovinos y bubalinos han sido inoculados contra la fiebre aftosa durante la primera campaña de vacunación, próxima a finalizar, que se realiza bajo la supervisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Cabe aclarar que en algunas provincias como Corrientes, Misiones, Formosa y Chaco, continúa la campaña de vacunación dado que la iniciaron más tarde que en el resto de la región.
En este contexto de pandemia por COVID 19, cabe destacar la predisposición y accionar de todo el personal del Senasa para que no se interrumpiera la vacunación, una acción sanitaria indispensable para mantener el estatus zoosanitario reconocido internacionalmente.
Distinción
En este marco, el Senasa recibió el reconocimiento de la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove) por la labor sostenida e ininterrumpida en el control de las vacunas antiaftosa durante la pandemia, contribuyendo a la ejecución de la presente campaña de inoculación.
La labor conjunta, realizada por técnicos/as y profesionales de la Dirección General de Laboratorios y Control Técnico (DGLyCT) y del Centro Regional La Pampa – San Luis del Senasa, permitió mantener los controles oficiales de las vacunas contra la fiebre aftosa sobrellevando todas las restricciones y desafíos ocasionados por la pandemia de COVID 19.
En años anteriores, estos controles desarrollados para validar la eficacia y pureza de la vacuna, eran realizados por representantes del Laboratorio del Senasa ubicado en la localidad bonaerense de Martínez. Impedidos de movilizarse debido a las restricciones de circulación por la pandemia, comenzó a realizarlos un equipo de trabajo del Centro Regional La Pampa – San Luis, integrado por personal de Sanidad Animal y del Laboratorio Regional.
El control de las vacunas se realiza en bovinos en un campo experimental que el Senasa posee en la localidad de Colonia 25 de Mayo, en la provincia de La Pampa, e implica efectuar verificaciones oficiales de inocuidad, esterilidad, potencia, pureza y seguridad general.
Estas tareas oficiales resultan necesarias para liberar las vacunas para su uso y representan un resguardo para la sanidad animal de la República Argentina, como para los países a los que se exporta la vacuna antiaftosa.
Para Caprove, estas actividades significaron una «contribución esencial a la sustentabilidad de la ganadería y la seguridad alimentaria», dado que la vacunación contra la fiebre aftosa es una de las principales estrategias de prevención, que permite mantener una situación epidemiológica estable de esa enfermedad en la República Argentina.