A la historia de los pueblos no sólo la hacen las guerras, porque la paz de mi tierra fue escrita por gente pobre, a la Patria la hicieron hombres como Don Pablo Becerra.
Pero eran grandes distancias de sequías y arenales, de calores infernales, allí comenzó el proceso, en su puestito El Progreso rodeado de algarrobales.
Pablo tenía arraigada la sangre de comerciante, y a los jagüeles distantes entre arenales y barros, con los mulares al carro cinchaba el gran ambulante.
Versos extraídos con permiso del autor, Ariel “Alpataco” Vazquez, del libro Los últimos puesteros.