Sólo quedan los recuerdos de tiempos que ya se fueron, no existe por este suelo esas riquezas que había, ya no hay corrales con chivas ni puestos con sus puesteros.
No se hacen quesos de cabra tampoco amamantan guachos, nadie sujeta del cacho el tiempo que se ha marchado, hay puestos abandonados no queda leche en el tacho.
Las mujeres que dejaron todo ese esfuerzo espartano, nada ha quedado en sus manos, sólo su rostro curtido, de un tiempo que ya se ha ido por el Oeste Pampeano.
Versos extraídos con permiso del autor, Ariel “Alpataco” Vazquez, del libro Los últimos puesteros.