Puesteros del oeste: “La Humada”

Tengo pichana en mis ojos,
la laguna en la mirada,
brilla mi tierra callada
corazón de los puesteros,
como suspira el lucero
en las noches estrelladas.
Ese pueblo tan querido
sabor a tierra salada,
donde se hacen carbonadas,
se tejen matras y ristros,
pinta ese suelo vallisto
paisajes de La Humada.
Donde suele refugiarse
el basto y el sobrepuesto,
allí se juega su resto
el criollo que ha resistido,
en el valle encontró el nido
cuando se ha ido del puesto.
Allí termina su vuelo
bajo ese cielo celeste,
con aromita silvestre
arriado por la nostalgia,
que suele ser la fragancia
que perdura en el oeste.

Versos extraídos con permiso del autor, Ariel “Alpataco” Vázquez del libro Los últimos puesteros.