A la fecha hay más de 2.500 trámites sin respuesta; el problema afecta al tráfico regional, según la FADEEAC.
La Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas hizo un llamado a las autoridades competentes para que de modo urgente se regularice el procedimiento y gestiones para el otorgamiento y renovación de permisos que habilitan el transporte internacional de cargas.
Los pocos permisos aprobados en febrero fueron rechazados en frontera porque su formato no era el adecuado. Los mismos deben cumplir con los requisitos establecidos en el Acuerdo de Transporte Internacional Terrestre (ATIT), firmado por los países del Mercosur, Bolivia, Chile y Perú, vigente desde 1990.
Más allá de las reiteradas presentaciones que FADEEAC hizo sin éxito ante las autoridades involucradas en el tema, y que la dificultad fue destacada en un Documento conjunto por las Entidades que integran el Consejo Empresarial de Transporte Internacional de Cargas por Carreteras del Mercosur, Bolivia y Chile (CONDESUR), a fines de febrero, hace algunas horas el gobierno brasileño envió una comunicación a las autoridades argentinas expresando su preocupación por la manera en la que el tema afecta a los transportistas de su país.
Así como el CONDESUR resaltó que observaban “con extrema preocupación” la situación que genera graves perjuicios a las empresas de la región, la Agencia Nacional de Transporte Terrestre de Brasil, reclama una “solución inmediata” para la cuestión.
Las dificultades para la obtención y renovación de permisos para la operación del transporte de cargas internacional se suman a las restricciones sanitarias impuestas a los trabajadores del sector.
En momentos en los que la tendencia global es hacia la eliminación de los controles en frontera, nuestro país exceptuó de la realización de PCR a los argentinos y residentes que traspasen las fronteras en calidad de turistas, pero mantiene esa obligatoriedad para los choferes.
Resulta vital, advierten dese la federación, que los trabajadores del transporte puedan continuar con sus tareas y cruzar las fronteras sin reglas de viaje que resulten restrictivas y discriminatorias unilaterales, irrazonables y desproporcionadas, para mantener en movimiento las cadenas de suministro ya debilitadas, teniendo en cuenta que el chófer que hace transporte de carga tiene recorridos pautados, movimientos limitados y la mayor parte de su tarea ocurre fuera de las ciudades y solo en su cabina.