“El 2020 resultó uno de los tres años más calientes nunca antes registrados en Argentina, además de ser 2011-2020 la década con mayor temperatura media registrada, evidenciando así la tendencia del incremento de la temperatura media global atribuida a las emisiones de gases de efecto invernadero”, informó el Servicio Meteorológico Nacional.
También se destacaron eventos puntuales de calor extremo, como los récords en las bases argentinas de Antártida durante febrero y los 39.6°C registrados en Formosa durante agosto.
La tendencia ascendente de la temperatura anual no excluye que se sigan experimentando inusuales períodos fríos de manera esporádica, como sucedió durante este invierno en Perito Moreno, con -20°C registrados, y en la Antártida, que presentó desvíos negativos de temperatura.
Con respecto a las precipitaciones, el 2020 estuvo marcado por una sostenida y amplia sequía que lo convirtió en el quinto año más seco de los últimos 50. El último cuatrimestre del 2020 estuvo modulado por el desarrollo del fenómeno La Niña que continuó durante los primeros meses de 2021 y, posiblemente, haya favorecido las pocas lluvias de algunos sectores del país.
La pandemia también tuvo efectos en el medioambiente, a través de las restricciones a actividades y movimientos de la población. Las mediciones de ciertas variables, especialmente de aquellas relacionadas con la contaminación provocada por el tránsito de vehículos, muestran la huella de la pandemia a través de una baja significativa, pero temporaria, de algunos gases. Aún así, el efecto fue poco marcado en lo que respecta a la acumulacion de dióxido de carbono en la atmósfera, que continuó creciendo.
Con respecto a la radiación ultravioleta, el año resultó con características muy cercanas al promedio, aunque se vivieron días donde la extensión del agujero de ozono llegó a mínimos históricos en Ushuaia y la península Antártica.