El INTI viene desarrollando diferentes actividades de apoyo a la producción orgánica regional con el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO).
En el marco de estos trabajos se han relevado más de 100 proyectos con potencial y un conjunto de necesidades de asistencia técnica e incorporación de tecnología, a través de talleres regionales que se realizaron en todo el país.
En función de estos antecedentes, ambas instituciones suscribieron un convenio específico de asistencia técnica el pasado 5 de mayo, con el objetivo de avanzar en la formulación e implementación de más de 30 proyectos identificados como prioritarios en base a su factibilidad técnica y económica, en el marco del programa que han dado en llamar “Agregado de Valor a la Producción Orgánica Regional de Alimentos”.
De acuerdo con lo manifestado por Rubén Geneyro, Presidente del INTI, “la producción orgánica viene creciendo a tasas interanuales superiores al 10% y ya cuenta con más de 3,2M de hectáreas certificadas, lo que que coloca a nuestro país como el segundo productor mundial detrás de Australia. A su vez, la demanda global por productos orgánicos continúa creciendo de manera sostenida -especialmente en EEUU y Europa- y las ventas totales superan actualmente los USD 100.000 millones. Esta iniciativa se enmarca en las recomendaciones de la FAO para la agricultura en América Latina y el Caribe, en el sentido de fortalecer las cadenas regionales de valor para aprovechar estas tendencias de consumo en los países desarrollados y de esta manera generar divisas y empleo de calidad”.
El horizonte de planeamiento de esta segunda etapa de trabajo es de seis meses y tiene por objetivo la generación de valor agregado en la producción orgánica regional en base a (i) la incorporación de tecnología y buenas prácticas; (ii) el escalado de productos a nivel industrial; (iii) la generación de producciones piloto para uso como muestras y partidas de exportación; (iv) la implementación de sistemas de calidad y diferenciación acordes a la demanda de los mercados objetivo; como así también la provisión de asistencia tecnológica para la mejora de procesos y productos por parte del INTI.
A modo de ejemplo, entre los proyectos a desarrollar en el marco del programa de trabajo conjunto entre el INTI y el MAPO se encuentran los siguientes:
- Alimento balanceado orgánico para la industria acuícola en base a subproductos de la producción orgánica (Bariloche, Río Negro);
- Jugos y néctares orgánicos de frutas finas cordilleranas elaborados en planta inclusiva (San Martín de los Andes, Neuquén);
- Harinas libres de gluten y orgánicas (Tandil, Buenos Aires);
- Vinos orgánicos de altura (Quebrada de Humahuaca, Jujuy);
- Mejora de la calidad de especias orgánicas para la exportación (Salta);
- Generación de productos de valor agregado a base de quinoa orgánica (Puna salteña y jujeña);
- Desarrollo de un equipo de vaporización electrónica para aplicación de bioinsumos en línea de empaque de arándanos orgánicos frescos (Funes, Santa Fe);
- Optimización y mejora del proceso de embotellado, cierre y etiquetado de vino orgánico (San Javier, Córdoba);
- Generación de valor en los procesos de producción de alimentos con Stevia Rebaudiana y derivados (Concepción del Uruguay, Entre Ríos);
- Proyecto asociativo para la optimización de procesos en la elaboración de dulces orgánicos (Villa de Soto, Córdoba);
- Incorporación de robótica al proceso de industrialización del arroz orgánico (San Salvador, Entre Ríos);
- Planta piloto para desarrollo de bebidas listas para consumir a base de té y yerba mate (Campo Viera, Misiones);
- Desarrollo de nuevos insumos para la sustitución de NaOH en elaboración de aceitunas verdes fermentadas (La Rioja y Mendoza);
- Desarrollo de una línea para la extracción de aceites esenciales de aromáticas (Tupungato, Mendoza).