Contratistas siguen preocupados por el traslado de las grandes máquinas

La Caproma, dentro de Facma, sigue planteando el problema de la circulación en rutas y caminos vecinales con máquinas grandes que exceden los límites de tránsito, manifestando una incongruencia entre los permisos de fabricación y las legislaciones viales.

Emilio Arregui, contratista e integrante de la Caproma, lleva en actividad muchos años desde que comenzó a los 18 años junto con su padre. Desde entonces las cosas han cambiado, y explicó que antes los trabajos eran más complicados por las condiciones ambientales, por la falta de humedad y voladura de los terrenos.  Ahora hay más tecnología, se ven los beneficios de la siembra directa, y los números son más rentables gracias a la siembra variable que implementan los productores.

El contratista indicó que una situación que sigue preocupándolos es el traslado de maquinarias por las rutas y caminos vecinales porque industria y comercio autorizó la fabricación y venta de maquinarias que exceden los cuatro metros de ancho, cuando vialidad nacional sólo permite hasta 3.90 metros y pasar ese límite significa multas importantes que superan los 100 mil pesos según la infracción. “Nosotros estamos tratando con Facma y con la cámara pampeana Caproma de dialogar con vialidad nacional y provincial, y con la Secretaría de Agroindustria, y se ha pedido que la maquinaria tenga un período de tolerancia para seguir circulando porque se la han vendido al productor o al contratista, que se decante así por antigüedad y que la ley sea para los fabricantes porque desde las plantas salen con un tamaño excedido y ellos no son sancionados. Si no seguimos con el mismo problema, le cobran al contratista que es el más débil”, consideró.

La situación del sector en lo económico sigue complicada, afirmó, pese a que los valores de los granos están dolarizados, porque los pooles de siembra marcan la tendencia en la zona y fijan el precio. Mientras el contratista se endeuda al no poder pagar créditos y queda sin ganancias. “Hoy estamos trabajando a los costos, sin rentabilidad, ante los costos que enfrenta”, indicó. Otro problema son las inseguridades porque no se pueden dejar las maquinarias fuera del galpón debido a los robos y daños que sufren si los equipos quedan a la intemperie.

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