María Eugenia Ferrer, responsable del Programa Nacional Avícola, dependiente de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del SENASA se refirió a la situación nacional con influenza aviar y a la realidad pampeana.
Primero recordó que el 19 de agosto se confirmó el caso de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad en provincia de Buenos Aires, en una granja de ponedoras en Los Toldos. Esa situación ya está controlada con las tareas de sacrificio, encerramiento, limpieza y desinfección. Se determinó la zona de control sanitario de 10 kilómetros, con rastrillaje y vigilancia epidemiológica que hasta ahora no reportó circulación viral.

Luego, el servicio informó de otro caso en la provincia de Entre Ríos, y en cada situación se deben esperar dos períodos de incubación para determinar que no hay presencia del virus.
La entrevistada consideró que el principal peligro se da por la transmisión de la enfermedad a través de las aves migratorias, que entran en contacto con otras aves que ingresan a espacios de producción por falta de medidas de bioseguridad, manifestó. A diferencia de las aves silvestres, que actúan como reservorio de la enfermedad, las consecuencias en animales de corral son mucho más graves.
Ferrer afirmó que las medidas de bioseguridad deberían ser una condición permanente ante estas enfermedades, por esa razón se trata de fortalecer su cumplimiento al igual que lo que tiene que ver con higiene.
En cuanto a nuestra provincia, explicó, las producciones de aves son a menor escala con pequeños establecimientos y por esa razón no se tiene mucha concentración o emprendimientos de gran envergadura como ocurre en Buenos Aires, Entre Ríos, Santa fe y Córdoba. Por esa razón, no se han tenido notificaciones de la presencia de influenza, y si bien no hay una relación directa con las rutas migratorias del Atlántico- Pacífico hay que considerar las migraciones internas de aves como un punto de transmisión.
En diálogo con este portal contó que el SENASA dispuso desde 1.998 una vigilancia epidemiológica activa y pasiva con el objetivo de poder detectar de manera temprana brotes de la influenza aviar de baja patogenicidad. En el 2023, luego de perder el estatus sanitario de libres y con los brotes que hubo ese año en todo el país, se incorporó al sector privado para la toma y el diagnóstico de la enfermedad para fortalecer y ampliar la vigilancia trabajando de manera conjunta.
Ferrer destacó que ante los síntomas en aves, como muerte súbita, dificultad para respirar, modificación del color en las crestas y otros cambios se debe notificar al SENASA para que se tomen las muestras y confirmar si está la enfermedad. Pero es importante recordar que la influenza no se transmite por el consumo de carne o huevo, siempre cocinando bien los alimentos.
Cualquier persona puede notificar al Organismo en la Oficina más cercana –personalmente o por teléfono-; por Whatsapp, al (11) 5700 5704; a través del correo electrónico a [email protected]; por medio del Formulario Avisá al Senasa, disponible en el sitio web oficial. Para más información, ingresar en el Micrositio del Senasa.