Entomólogos de 21 unidades del INTA realizan el monitoreo de la plaga para estudiar su evolución poblacional y, en un futuro, estimar el riesgo epidemiológico. Mediante un seguimiento georreferenciado se actualizará quincenalmente el número de individuos registrados en cada sitio.
Con un área de estudio que abarca aproximadamente 1.600 kilómetros de norte a sur y 750 kilómetros de oeste a este, un equipo de entomólogos del INTA estudia los cambios de densidad relativa de Dalbulus maidis (chicharrita del maíz). Así conformaron el primer “Mapa nacional de monitoreo de chicharrita del maíz”. Es un repositorio cuyo objetivo es dar información sobre el número de individuos registrados en cada sitio de monitoreo georreferenciado. Estos datos permitirán analizar la tendencia de cambio de la densidad poblacional a lo largo del período invernal y principios de primavera.
En la elaboración de este primer mapa participan al menos 21 unidades del INTA, entre Estaciones experimentales Agropecuarias (EEA) y Agencias de Extensión Rural (AER), de 11 provincias: Buenos Aires (Unidad Integrada INTA Balcarce-UNMdP, Pergamino); Catamarca; Chaco (Las Breñas); Córdoba (Huinca Renancó, Laboulaye, Manfredi, Marcos Juárez); Entre Ríos (Concepción del Uruguay, Paraná); Formosa (El Colorado); La Pampa (Anguil); Salta (Metán, Salta, Yuto); San Luis; Santa Fe (Oliveros, Rafaela, Reconquista); Santiago del Estero (Quimilí) y Tucumán (Famaillá).
“Este seguimiento pormenorizado cumple el objetivo de acumular datos, información y conocimiento que permita, en un futuro, estimar el riesgo epidemiológico del insecto vector del achaparramiento del maíz”, expresó Eduardo Trumper, coordinador nacional del Programa de Protección Vegetal del INTA.
Dalbulus maidis (chicharrita del maíz) es un insecto que se encuentra frecuentemente en el norte del país, desde Salta y Jujuy hasta el sur de Santiago del Estero, sudoeste de Chaco y norte de Santa Fe. Sin embargo, en la última campaña agrícola (2023/24) la plaga sorprendió con una explosión demográfica y expansión geográfica inusitada.
“El análisis de los datos se realizará tanto en tiempo como en espacio”, señaló Trumper quien detalló que, al disponer de sitios geográficos fijos, se podrá analizar la variación temporal de la densidad relativa de chicharritas en cada uno de ellos y relacionarlos con la variación de los respectivos regímenes de temperatura.
“El primer mapa constituye una línea de base, es decir un importante punto de referencia inicial de la densidad relativa de la chicharrita» , puntualizó Trumper quien aclaró que esa línea de base servirá para realizar el seguimiento de la fluctuación de abundancia de la chicharrita en cada uno de los puntos.