El ingeniero agrónomo Martín Guerrero Rivas (integrante del grupo de alerta BichoAviso), consideró que la planificación agronómica debe ser prolija, manejando escenarios y diversificando riesgo ante un clima muy imprevisible.
Como uno de los profesionales que participó ayer de la jornada de campo de girasol, donde se expusieron los ensayos de materiales que realizan INTA, APALP y el CIALP, se refirió a un inicio con buenas expectativas por el fenómeno Niño y la llegada de las lluvias.
Con base en su trabajo como asesor privado en la zona de General Pico, Dorila, Intendente Alvear, Villa Mirasol, Uriburu y Santa Rosa, comentó a este portal la situación de la campaña de gruesa en la región.
«En el girasol hubo una buena siembra, sin presencia de plagas que complicaran la homogeneidad del cultivo en emergencia, y se dio un ataque de isoca en forma tardía. Los girasoles que se sembraron temprano no tuvieron necesidad de intervención, pero los tardíos quizás sí. El cultivo se desarrolló sin mayores complicaciones«, analizó.
En cuanto a la soja refirió que fue el cultivo de gruesa con más presencia de plagas. Desde un octubre algo seco se arrancó con problemas de bolillera, hubo consultas por tucura, y con la ola de calor se vio una importante incidencia de arañuela, trips y se sostuvo la población de bolillera. En febrero hubo reportes de isocas defoliadora, medidora y achira.
En el maíz hubo daño por chinche, al momento de emergencia, y hubo consultas de gusano blanco entre septiembre y octubre pero se logró igual un normal establecimiento del cultivo.
El profesional mencionó que en los tres cultivos, y más en maíz temprano y soja, las complicaciones se dieron en los días de mucho calor, viento y baja humedad relativa por la tarde. Con las lluvias de febrero, recordó, se debe observar como se recuperan los cultivos.
Pero advirtió que las condiciones de la gruesa se deben ver lote a lote, la irregularidad de las lluvias y los factores del suelo (como presencia de tosca). Guerrero Rivas explicó que en los maíces tempranos se pensaba en rendimiento muy bueno, observando en la primavera, pero con los días de calor bajaron los techos de rendimiento. «Antes apuntábamos a maíces de 10 mil kilos y hoy hablamos de que no superan los 8.500 kilos, en los tardíos quizás haya más posibilidades de recuperación porque llegaron a la floración con otras condiciones«, explicó.