La Wildlife Conservation Society advirtió sobre los incendios en La Pampa

La organización WCS se refirió a la temporada estival y el peligro de incendios en la zona rural que afecta a la fauna silvestre y los ambientes naturales. «A nivel global, los vientos fuertes, las sequías prolongadas y las temperaturas extremas, así como también el uso indiscriminado del fuego para regenerar pastizales y para ampliar la frontera agrícola, son los factores más frecuentes que provocan incendios de magnitud».

En los últimos años los incendios en La Pampa crecieron en extensión y en poder destructivo, advirtió la organización. De acuerdo a datos de la Dirección de Defensa Civil de La Pampa, entre 2016 y 2023 se quemó un promedio anual de 425.938 hectáreas en la provincia, de las cuales el 41% (175.703 hectáreas) correspondió a superficies de bosque nativo. El mayor pico fue en la temporada 2016-17 en la que se quemaron más de 1.300.000 hectáreas en pocos meses. Y si bien hay eventos climáticos que los propician, parte de los fuegos se dan por causas humanas.

Los incendios fuera de control tienen consecuencias catastróficas para las personas, la producción agropecuaria y los ecosistemas silvestres. En La Pampa afectan especialmente al bosque de Caldén, emblemático por ser el último reducto en el país, y además por ser hábitat principal para numerosas especies nativas como el Águila Coronada, el Cardenal Amarillo, el Venado de las pampas, zorros, pumas y guanacos. Este bosque sigue manteniendo una alta integridad ecológica, es decir que conserva sus funciones de captura y almacenamiento de carbono, y regulación del ciclo del agua, con aptitud para la supervivencia de su biodiversidad. Sin embargo, con el fuego como principal amenaza histórica, en muchos sectores se ha ido degradando hacia un arbustal impenetrable, disminuyendo sus beneficios productivos, ambientales y sociales.
 
El buen funcionamiento de este bosque resulta clave para contribuir a la mitigación del cambio climático, que es una de las grandes crisis que enfrentamos como humanidad. El Caldenal no sólo es hábitat de valiosas especies sino que es un gran almacenador de carbono, un elemento que ayuda a regular la temperatura y estabilizar el clima”, comentó Mariano Gonzalez Roglich, Ingeniero en Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Universidad Nacional de La Pampa y Director de WCS Argentina, organización que trabaja para la conservación de la vida silvestre en el país durante los últimos 60 años.
 
El verano, momento clave para la prevención de incendios
 
En La Pampa los incendios ocurren fundamentalmente en la temporada estival, entre los meses de diciembre y febrero. Ya sean originados por causas naturales o por actividades humanas, es necesario implementar medidas preventivas, de alerta temprana y de control.
 
Los cambios producidos durante los últimos 100 años en la estructura del Caldenal pampeano han generado una continuidad vertical y horizontal de material combustible que, ante la ocurrencia de un incendio, permite el avance del fuego con una intensidad que arrasa con la totalidad de la vegetación. Si bien las especies de plantas que dominan el Caldenal son resistentes al fuego y la mayoría rebrota desde su base luego de un incendio, la estructura del bosque va cambiando definitivamente y se afectan sus servicios ecosistémicos. Por lo tanto, es necesario seguir trabajando en una combinación de acciones efectivas que reduzcan lo más posible los incendios”, dijo Lautaro Córdoba, Coordinador de WCS Argentina en La Pampa.
 
Según Gustavo Romero, especialista con vasta experiencia en manejo de fuego y docente de la Universidad Nacional de los Comechingones de San Luis: ​»En ​La Pampa tenemos dos grandes áreas donde se desarrollan los incendios forestales durante la temporada estival, son el caldenal y​ el jarillal, y suponen problemáticas distintas. En el área del caldenal​, por​ la forma de producción​ los campos tienen mayor apotreramiento e infraestructura​, por lo tanto ​se recomienda disminuir el combustible o cortar las continuidades​ a través de quemas prescritas​ y de intervenciones mecánicas.​ En cambio en la zona del jarillal, las medidas de los potreros en general son mucho mayores ​y cuando se produce un fuego son afectadas ​más cantidad de hectáreas. Allí la ​intervención más acertada ​son las quemas prescritas para disminuir el combustible y generar manchones con menos carga de vegetación, de tal manera que si se produce un fuego se puedan contener más fácilmente. Y sumado en ambas zonas a cuestiones preventivas pasivas que ​sería mantener las picadas limpias y​ tener mucho cuidado con hacer fuego dentro de los campos«.
 
Recomendaciones para el manejo del fuego
 
En base a la evidencia científica, los especialistas en manejo del fuego recomiendan:

  • Anticipar las condiciones ambientales con registros climáticos y muestreos del estado de la vegetación a los fines de contar con índices de peligro de los potenciales fuegos.
  • Abrir y mantener en condiciones adecuadas las picadas cortafuegos en los predios rurales para facilitar el control temprano de posibles incendios.
  • Realizar limpiezas del área de préstamo en caminos vecinales y rutas, para minimizar el riesgo de inicio de un fuego, contribuir al acceso del personal de Defensa Civil para el combate y control; como así también favorecer vías de evacuación de la población rural cuando las circunstancias lo requieran.
  • Obtener permisos para realizar quemas prescriptas y fomentar de este modo un uso seguro del fuego.
  • Realizar raleos mecánicos y manuales para reducir gradualmente el material combustible leñoso en los campos.
  • Implementar técnicas de pastoreo que tiendan al uso eficiente de los recursos del bosque y a la prevención de la arbustización, como por ejemplo, la ganadería regenerativa. 

 
Además, el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo recomienda a la ciudadanía:

  • Evitar fumar y arrojar fósforos y colillas en el campo..
  • No arrojar basura en el campo, especialmente botellas y trozos de vidrio, porque son potenciales generadores de incendios.
  • No realizar quemas de pastizales, ramas ni basura, especialmente en épocas de alta temperatura y viento.
  • Al realizar una fogata, colocar piedras alrededor del fuego y, luego apagarlo, preferentemente con agua, removiendo las cenizas.