«Para el que alquila el campo, se le va el 100%. Es lo que pierden la producción y las regiones. Subió 13 puntos más, en relación al mismo mes del año pasado», planteó la FADA.
Los principales motivos del alto índice son la sequía y los menores precios internacionales. FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina), midió una vez más la participación del Estado en la renta agrícola y develó que $74,60 de cada $100 se van en impuestos.
“Si lo medimos en aquellos productores que alquilan el campo los impuestos se llevan más del 100% de la renta”. Este efecto se da en un año donde la producción en campo alquilado ha generado pérdidas en gran parte de las regiones productivas”, advirtió David Miazzo, Economista Jefe de FADA.
Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 74,6%, la participación del Estado en soja es del 83,5%, maíz 69,7%, trigo 57,9% y girasol 63,7%.
¿Por qué es más alto en relación al mismo mes del año pasado?
El índice subió 13 puntos más, en relación a junio de 2022. El tipo de estructura tributaria argentina, ante una problemática como la sequía, en lugar de reducir el peso de los impuestos, lo aumenta.
“Esto es consecuencia de que el impuesto con mayor participación es el derecho de exportación que, al actuar sobre el precio bruto, no reconoce caídas en la rentabilidad. Así, a medida que empeora la sequía, aumenta la participación de los impuestos sobre la renta”, analizó Fiorella Savarino, investigadora de FADA.
Otro elemento clave para entender la situación es el atraso cambiario. Si comparamos con junio de 2022, el incremento nominal del tipo de cambio oficial fue del 110%, pasando de $120,16 por dólar a $252,99. En términos de tipo de cambio real, descontando los efectos de la inflación, en este periodo cayó un 1,7%. Medido a precios de junio de 2023, el tipo de cambio de junio de 2022 era el equivalente actual de $257, el de junio de 2021 era el equivalente actual de $326.
“Esto significa que el tipo de cambio se ha atrasado respecto a la inflación, incrementando los costos de producción al medirlos en dólares, un escenario malo para cualquier actividad exportadora”, observó Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
La situación actual se potencia con otro factor: el efecto del cepo importador. Esto encarece el precio interno de los productos importados. El cepo tiene impacto directo sobre insumos claves para labores y fletes como neumáticos, repuestos y el precio de los camiones y maquinarias. Es de esperar que en 2023 el cepo importador se profundice, ante el menor ingreso de divisas a causa de la sequía.
Costos de insumos y fletes
“La baja de costos en dólares de gran parte de los fitosanitarios y fertilizantes y el atraso en las tarifas de fletes y labores respecto a la inflación amortiguaron en parte el impacto de la presión tributaria”, afirmó Miazzo. “Acá vemos dos cuestiones: por un lado, los costos de insumos, medido en dólares, han comenzado a mostrar descensos importantes luego de las subas de 2021 y 2022. La UREA, presentó una baja interanual del 30%, aunque mostró una suba trimestral del 7,5%. El PDA tuvo un descenso interanual del 37%, aunque mostró una suba trimestral del 9,4%. En cambio, los principales fitosanitarios han mostrado bajas. Estas bajas de los insumos ayudan a descomprimir los costos y, por lo tanto, el incremento del índice de participación del Estado en la renta agrícola.
Por otro lado, el segundo factor fue el atraso de las tarifas de fletes y labores respecto a la inflación, motorizado por la baja producción debido a la sequía que tiene como consecuencia una baja demanda y, por ende, una baja en el precio de estos servicios”, completó.
Fuente: FADA