En el marco de la Semana de la Lucha contra la Triquinosis, establecida en todo el país para la tercera semana de mayo, el Senasa detalló las principales pautas generales para prevenirla.
La triquinosis es una zoonosis y como tal, se puede transmitir de los animales a las personas quienes se pueden enferman al consumir carne insuficientemente cocida o productos elaborados con carne de cerdo o de animales silvestres como jabalíes o pumas, que contienen en sus músculos larvas del parásito.
La principal fuente de infección de esta enfermedad para las personas son los cerdos domésticos, aunque también puede producirse por consumo de otras especies como el jabalí, el puma u otros animales silvestres.
“En las personas se puede producir una sintomatología inespecífica, parecida a una gripe, con síntomas gastrointestinales, fiebre, vómitos, diarrea, dolores musculares, entre otros. Por eso es importante asociar lo que uno consume con esos síntomas y concurrir al centro médico más cercano”, señaló Tatiana Aronowicz, médica veterinaria del área de Zoonosis de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Senasa.
Ante la importancia del consumo de productos elaborados con carne de cerdo y derivados en nuestro país (como chacinados, embutidos y salazones), es fundamental que aquellas personas que se dediquen a la cría de animales los mantengan en sus establecimientos en las condiciones higiénicas adecuadas y una correcta alimentación.
De las unidades productivas que se dedican a la actividad porcina en nuestro país, la mayoría corresponden al sector de la agricultura familiar.
“Es importante poder controlar y evitar en los establecimientos el ingreso de roedores, ya que pueden contener larvas de trichinella que ingiere el cerdo. Como los síntomas de esta parasitosis no son visibles en el animal, es necesario realizar los controles en laboratorios que confirmen la ausencia de la enfermedad”, afirmó Mariana Barros, médica veterinaria de la Coordinación de Agricultura Familiar del Senasa.
En este sentido, un aspecto clave para la prevención de esta zoonosis es la realización de la prueba de digestión artificial. Ya que la enfermedad sólo puede diagnosticarse luego de la faena.
La prueba diagnóstica es también una pauta para quienes se dedican a actividades de caza, ya que detecta la presencia del parásito. En ocasiones, los cazadores elaboran chacinados y/o salazones con carne de puma, jabalí y/o animales silvestres, por eso es fundamental determinar a través de la prueba si la carne es apta para el consumo.
Asimismo, se recomienda a los cazadores que, una vez finalizada la actividad, puedan llevarse las carcasas. “Es importante que dispongan de ellas y no las dejen en campo, ya que puede convertirse en alimento para otros animales y de esa manera recircula la enfermedad”, explicó Aronowicz.
Fuente: SENASA