El 2022 significó para el Colegio de Ingenieros Agrónomos de La Pampa dar continuidad a sus acciones de monitoreo de cultivos, ensayos, capacitaciones, representación profesional en espacios interinstitucionales y mucho más, en medio de un clima agrícola «muy variable» que ahora se espera vuelva a la neutralidad.
Para el nuevo año, Marcelo Sánchez, presidente del CIALP, dijo a RD que hay diferentes proyectos en continuidad como la renovación de la sede del colegio en Santa Rosa, seguir con los cursos de actualización y los que se requieren en la provincia para que los profesionales puedan registrarse como asesores fitosanitarios, con el INTA se mantienen con los ensayos de girasol y maíz, se logró modernizar la página web de la institución y en ese sentido se espera sostener esa mejora digital.
Sánchez agregó que siempre el colegio está tratando de incorporar a los agrónomos que llegan a la provincia y a los que se van graduando. Mientras, la realidad profesional también está influida por la nueva ley provincial, que requiere recetas para las aplicaciones con firma de asesor fitosanitario, el requisito de cumplir con los cursos dispuestos y todo lo que significa está actualizados con las normativas vigentes.
Por otra parte, en cuanto a trampas de luz el 2022 marcó una diferencia a través del convenio logrado con una profesional especializada para que el informe sea muy accesible, con explicaciones sobre el monitoreo semanal, con cuatro trampas distribuidas en La Pampa y la intención de sumar más. Ese muestreo sirve para anticipar y al mismo tiempo observar cómo esos datos se traducen luego en el campo, considerando entonces la interpretación de los registros.
EXPECTATIVAS DE UNA NEUTRALIDAD
Las lluvias han sido un factor de preocupación para los cultivos, no sólo por su escasez en algunas zonas de la provincia sino por su variabilidad por localidades. «En Intendente Alvear tuvimos 90 milímetros en octubre, mientras que en América (a pocos kilómetros) se supone que es una zona mucho mejor pero sólo llegaron a 11 milímetros en noviembre. Así los maíces tempranos que están en campos sin napa ya muestran un daño importante. En La Pampa se apunta al maíz tardío y habría que ver si esos cultivos tuvieron esos 90 milímetros o menos. Todo lo que está pegado a General Pico, que es una zona con la napa a metro o 1.20 metros pensando en los campos ubicados hacia el norte por la ruta 1, no tiene cultivos estresados. Otro factor es el tipo de suelo y la existencia de tosca, como se ve hacia el oeste«, explicó a este portal.
Sánchez señaló que los lotes que están con agua igual requieren que haya lluvias en enero y definió que se trata de una época «muy errática» porque así ha sido el panorama del 2022. Los pronósticos de largo plazo, que no tienen un alto rango de eficacia, están mostrando que se va a salir de Niña a un estado neutro y eso podría ser un aliciente. Se plantea para el norte pampeano llegar a una normalidad, que requiere más de 200 milímetros entre lo llovido en diciembre y lo que se acumule hasta febrero.