El licenciado en Economía, Hernán Satorre, analizó que dejó la reunión del viernes pasado entre Sergio Massa y la Mesa de Enlace como: “Mucho ruido y pocas nueces”, al considerar que no hay cambios reales o medidas de reestructuración.
El economista, que forma parte de la consultora Amplificagro, explicó: «A pedido del ministro de Economía, Producción y Agricultura, Sergio Massa, la Mesa de Enlace se reunió con el funcionario y parte de su equipo, para tener un espacio de diálogo e intercambio. Las entidades agropecuarias plantearon sus preocupaciones por la brecha cambiaria, las retenciones, la apertura de las exportaciones, el intervencionismo del Gobierno y la delicada situación de las economías regionales.
Conclusión de la reunión: No hubo cambios, se quedó en armar un espacio de intercambio técnico entre las entidades y hacer una próxima reunión en 10 días.
¿Qué podemos esperar para adelante? ¿Van a haber cambios sustanciales?
Todo parece indicar que no. Ya hay un compromiso real de hacer los cambios estructurales que se necesita para mejorar la situación macroeconómica del país. Son pequeñas señales esperando “comprar tiempo” y que las soluciones mágicamente vayan surgiendo. Lo hemos vivido hace unas semanas con las medidas anunciadas por el nuevo ministro de Economía Sergio Massa, las medidas no sólo no generarán
un impacto real para revertir la situación actual de manera considerable, sino que en algunos casos acelerarán algunos de los problemas estructurales que ya tenemos.
Esta reunión con la Mesa de Enlace estuvo en la misma línea, son señales tratando de mostrar una mejor predisposición, pero lo que realmente se necesita son acciones. El Gobierno tiene que hacerse cargo que la pérdida de confianza es muy significativa y que ya las palabras no alcanzan, la sociedad ha escuchado demasiadas promesas incumplidas. En esta línea basta ver las encuestas de la imagen negativa de los principales actores políticos del actual Gobierno para comprenderlo.
Argentina experimentó en los últimos años un grave problema de confianza, con pequeñas fluctuaciones en función de las expectativas políticas y la evolución del contexto de pandemia, y este deterioro ya afectó a la economía y a la sociedad en su conjunto.
Cuando hay reglas de juego claras y confianza: gastamos, invertimos, tomamos riesgos y generamos crecimiento económico y mejoras de bienestar; cuando desconfiamos dejamos de gastar, tratamos de proteger lo que tenemos, nos posicionamos en reservas de valor, postergamos decisiones y, en el proceso, la sociedad sufre. Gran parte de los problemas actuales son producto de las decisiones de este Gobierno: ya sea por acción u omisión.
Argentina está en crisis. No sólo política, económica, social, sino además sufre una “crisis de confianza”. La creación de confianza pasa a ser un pilar importantísimo si se quieren solucionar los problemas estructurales que tiene la Argentina. Es una característica esencial, central para la cooperación y la interacción social en todos los ámbitos. Es la confianza, lo que mueve la economía argentina, y la falta de confianza, o peor aún, la desconfianza la que generan profundos problemas difíciles de superar o
resolver.
Es decir, la confianza es un aspecto crucial de la sociedad, fundamental para el orden político y social en general, representa asumir el riesgo o la incertidumbre de transferir alguna cuota de poder o de control de nuestras vidas a otros, aspirando que puedan tomar decisiones que beneficien a la sociedad en su conjunto, brindando cierto orden y organización.
Pensar que el Gobierno está realmente comprometió en incentivar la producción y llevar adelante las medidas necesarias para poder entrar en una senda de crecimiento sostenido es casi ingenuo y responde más a una expresión de deseo, que a una lectura de la realidad. Lo hay señales claras reales en reducir el
gasto público, abrir la economía argentina al mundo y bajar el intervencionismo.
La Mesa de Enlace tiene que seguir construyendo el diálogo con el Gobierno por los canales institucionales, es su responsabilidad. Pero no nos engañemos, no esperemos soluciones mágicas, el Gobierno necesita una mayor recaudación vía impuestos, y necesita seguir controlando precios artificialmente. No hay una fuerte convicción a cambiar el modelo económico actual».