«Por cada litro de gasoil que vende un estacionero en el mercado interno, la petrolera que lo importó pierde 38,63 pesos (es decir, 350 dólares por cada mil litros comprados en el exterior). Lo que explica el faltante de mercado (curva de demanda)», explicaron desde CONINAGRO.
La escasez de gasoil obedece principalmente, aunque no solamente, a la falta de producción dada por escasez de incentivos, restricciones regulativas y desaliento a la inversión, y consecuentemente a la necesidad de importación. Y la restricción cambiaria lleva hoy a restringir la importación. Esta ecuación se traduce en un evidente perjuicio. Pero además los precios internos no cubren los costos, ya sean de producción o de importación.
Existe un valor de importación, que está en torno a 30% por encima del que se vende al público en general, al surtidor, lo que genera pérdidas en la industria, que se compensan por otro lado en parte con ventas más caras al campo u otros sectores de la economía. Los valores mayoristas son 15% más caros que al consumidor final. Ese es el valor que paga el campo y que se cobra a las industrias por ese combustible. El desfasaje de precios genera esta situación.
“Según la información que vamos recolectando, hoy la brecha entre oferta y demanda en el interior del país lleva a que existan cupos de venta de gasoil para contratistas y transportistas, los que se consiguen en torno a los 1000 y 1500 litros diarios racionados. Sin embargo, existe una gran cantidad de equipos de cosecha que necesitan contar mínimamente con 3000 litros diarios para abastecerse”, afirmó el presidente de Coninagro Carlos Iannizzotto.
Aproximadamente el 30% del gasoil que se consume en la Argentina es importado y, como resultado de la suba de los precios internacionales de la energía posterior a la invasión de Ucrania, el valor al que pueden importar las petroleras es totalmente incompatible con el precio al que el Gobierno aspira a que se venda en los surtidores. La producción doméstica es menor a la necesaria, por otro lado, y ello no es necesariamente justificado por los bajos precios porque ocurre hace varios años. Hay desincentivos desde hace tiempo. No se puede exportar fácilmente porque se autoriza un volumen sólo luego de abastecido el mercado local, según explica un reporte del Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi.
En ese sentido, Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro, indicó que: “El problema de combustibles y energías no es nuevo en la Argentina. En 2008 exportábamos gas y gasoil, y desde 2010 empezamos a importar, esto es una muestra de que la política ha desabastecido al país y le está dando la espalda a la gente, porque tener problemas de infraestructura energética supone atentar directamente contra el empleo y contra la posibilidad de producción y de trabajo, y han entrado muchos dólares, es decir que no somos un país sin recursos. Tenemos recursos naturales, humanos y divisas pero la administración ineficiente de la política nos está llevando a pasar estos momentos que hoy estamos atravesando los productores y la sociedad en su conjunto haciendo filas para cargar combustible”.