El documento fue rubricado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el Consejo Federal Agropecuario (CFA), el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) y la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid). Coincidieron en que ya se vienen implementando «iniciativas tendientes a fortalecer la adaptación de nuestro sistema productivo a los efectos del cambio climático».
Esta declaración busca alcanzar «los objetivos plasmados en el Acuerdo de París, los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y la Agenda 2030» en materia medioambiental.
En el documento, que nació por iniciativa del Presidente de la Nación, se hace hincapié en la relevancia de «fortalecer la adaptación de nuestro sistema productivo a los efectos del cambio climático así como a la intensificación sostenible de la producción» ya que «lejos de ser el problema, la agro-bio-industria es parte de la solución a los desafíos de sostenibilidad que nos presenta hoy la agenda internacional».
«Nuestra ganadería extensiva es altamente segura en términos sanitarios, eficiente en materia de bienestar animal y en términos ambientales. Existe evidencia científica que demuestra que la captura y secuestro de carbono de nuestro sistema productivo de naturaleza extensivo-pastoril, compensa largamente las emisiones», remarca el documento.
Entre los compromisos que se asumen, se destacan el de la sostenibilidad, con el «compromiso de producir alimentos de forma sostenible, respetando el equilibrio entre los 3 pilares (económico, social y ambiental)»; y de trabajar «con las cadenas de valor para aportar soluciones que propicien la mitigación de emisiones de GEI y la carbono neutralidad».
Además, remarcaron que «el sistema científico-tecnológico público y privado de la Argentina (junto con la región) debe seguir demostrando de forma consistente que ofrece soluciones eficientes (adaptadas localmente) a los desafíos que presenta la sostenibilidad y los escenarios de vulnerabilidad productiva frente al flagelo del cambio climático, las cuales han sido adoptadas por el sector productivo».
En ese sentido, los firmantes coincidieron en aclarar que «Argentina es un país acreedor en términos ambientales.
Existen países que tienen una responsabilidad histórica y actual por la degradación ambiental y, por ende, son esos los que deben liderar el proceso de mitigación, así como proveer los medios económicos para que otros se adapten. Según el último inventario global del Banco Mundial (2018), casi el 60% de los gases de efecto invernadero son emitidos por tan sólo 5 países, mientras que Argentina sólo emitió el 0,7% del total».