La jornada anual de la CAIR presentó un variado espectro de charlas y entre ellas la del licenciado Roberto Bisang, quien se refirió a los factores que influyen en el precio de la tierra y los desafíos futuros en cuanto a la superficie productiva.
La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales abordó de manos de este profesional uno de los temas del programa virtual.
Bisang señaló que ante las novedades técnicas la tierra parece ampliarse con usos flexibles para cultivar y hacer agricultura. Por esa razón, los inversores deben estar abiertos a los cambios por la cantidad de tierra y la tecnología a aplicar.
Analizando los números el especiéis dijo que hay 31.900 hectáreas implantadas en el país. También existen 115 millones de hectáreas son pastizales y tierras de diferentes usos que constituyen el espacio para poder expandir de forma cuidadosa y dependiendo de lo que el hombre vaya a hacer.
«Sumamos 20 millones de hectáreas que venían de pastizales y ese fue el gran salto en el pasado«, dijo, pero al mismo tiempo se sumaron 50 mil de áreas periurbanas. En cuanto a los bosques naturales hubo un descenso de más de 4 millones por deforestación y esa expansión preocupa.
Otras variables son el cambio de los ambientes por modificaciones de temperaturas y precipitaciones. Bisang señaló que esto implica más riesgos, buscar tecnología, lograr infraestructuras claves y considerar las regulaciones sobre la tierra.
En maíz y otros granos la tasa de crecimiento de hectáreas va muy relacionada con la alimentación de animales y combustible. Esto genera más presión más allá de los productos de alimento humano. Esto relacionado también con el crecimiento mundial y la consecuente demanda.
En términos internacionales, advirtió, «faltan 500 millones de hectáreas de piso para que el sistema mundial no estalle«. Por esa razón se considera que las localizaciones de potencial crecimiento de la tierra. Y allí surgen África y Sudamérica como las posibilidades. Sin embargo, el rendimiento de las tecnologías va a ser definitorio para el crecimiento de la producción.
Argentina en una visión macro observa entonces el ingreso masivo de proveedores de insumos del agro, oferentes de tecnología y operadores de logística hasta la góndola. Junto con la suba del precio de la tierra y fondos de inversiones con actores externos.
Se deben pensar los fundamentos del mercado de tierras, aseguró, y observar en términos fiscales el ingreso y la salida de las inversiones. Todo en una economía que cambia y sin respuestas únicas antes los diversos intereses que pueden afectar los precios del activo tierra.