Luego de la reciente ola polar se espera un “invierno tradicional”, indicó a RD el licenciado Carlos Sotelo, con temperaturas dentro de los promedios observados desde los años ‘80 hasta el 2010.
Sotelo es licenciado en Ciencias de la Atmósfera, se desempeña en el CONICET dentro del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (CERZOS), y también trabaja en conjunto con la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca, la Secretaría de Energía y otros organismo elaborando pronósticos a diferentes escalas: A corto tiempo en un término de cuatro o cinco días, a mediano plazo pensando a dos o tres meses y, por último a futuro con proyección en años para ver una evolución general del clima en cuanto a tendencias. Además, se generan análisis pensando en el sector ganadero y la agricultura, a partir de aplicaciones en conjunto con el INTA y otras entidades.
La ola de frío se sintió, entre el 15 y el 16 de junio cuando tuvimos las temperaturas más bajas. Sotelo recordó que en General Pico se registró una mínima de cuatro grados dos décimas bajo cero, en una jornada con máximas que no superaron los cuatro grados. “Ese escenario se fue alejando, porque las temperaturas fueron subiendo, pero a corto plazo va a volver el frío porque se espera un descenso hacia el fin de semana”, explicó.
Sotelo dijo que se esperan cielos despejados hacia el sábado pero con mínimas que van desde un grado ese día hasta dos bajo cero el domingo. Estas son expectativas según las últimas simulaciones numéricas. Para la siguiente semana las temperaturas se van acomodando y desde julio habría un cambio de aire. Las mínimas se esperan entonces más confortables entre los ocho y nueve grados. “La mínima histórica está en 2,8 ºC entonces hablar de ocho grados como mínima es significativo. Siempre pensando en el corto plazo”, señaló.
A mediano plazo, indicó que se espera un descenso de los valores térmicos desde el 15 de julio, a partir de entonces y hasta el 10 de agosto se aguardan dos pulsos de aire frío sobre el centro del país, y para los productores esto significa que habrá que prestar atención por las heladas.
El licenciado manifestó que las heladas pueden ser analizadas dentro de lo que se considera un “invierno tradicional ”, esto plantea los registros con el promedio de los años 1981 a 2010, de esos 30 años se observa el patrón para definir un año como normal. Y si se cumplen las previsiones para el 2021, las condiciones serán parecidas a las de los inviernos de los ‘80, o sea más frío que los anteriores.
Sobre las heladas, cuando se hacen proyecciones a largo plazo se va ganando en cuanto a tendencia pero con un plazo de 15 días la observación de la atmósfera no permite hacer un pronóstico exacto. “Lo que sí podemos considerar son las heladas tardías para este año. Son episodios de aire frío en octubre o incluso en noviembre”, afirmó. En esta oportunidad se espera que suceda para la primera quincena de octubre, porque la primavera arrancaría más temprano térmicamente hablando.
Acerca del análisis de los perfiles de suelos, se ve que en el sur de Córdoba están deficitarios, pero en el norte pampeano dentro de los últimos 90 días existe un superávit de acumulación de humedad porque el almacenaje se aceleró con las lluvias de fines de marzo y principios de abril. Si se observan los últimos 30 días se ve que desde el 25 de mayo hubo cierta falta de precipitaciones, consideró, y se espera recién una reactivación importante para la segunda quincena de septiembre, si bien puede haber alguna lluvia de poco milimetraje antes de esa fecha.