La Niña no afectará las lluvias de verano

Después de una temporada otoño-invierno seca, Eduardo Sierra, asesor de Agrometeorología de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, descartó la manifestación de La Niña en el verano y presentó así el panorama para la Campaña Gruesa 2020- 2021.

El especialista habló de la sequía en el país y señaló que no se ha vivido un fenómeno de La Niña, sólo el normal ingreso de aire polar que en la medida que avance septiembre pasará para dar lugar a las corrientes tropicales.

No hay que confundir esta sequía invernal que ya la tuvimos el año pasado con La Niña, porque este es un fenómeno producido por los vientos alisios que corren sobre el Ecuador que inician en abril”, explicó.

Desde el 2018 se observa que las estaciones están más marcadas con un otoño e invierno secos y las lluvias de primavera. Pensando en los cultivos señaló que para la gruesa esto anticipa la llegada de precipitaciones.

Así los principales pronósticos anuncian un enfriamiento del centro del Pacífico ecuatorial, con ciertas anomalías de temperaturas y su máximo hacia octubre sin afectar el verano. Entonces se ve hacia el siguiente mes lluvias de más de 100 milímetros sobre el sur de la región oriental de Paraguay, litoral pluvial argentino, sur de Brasil y norte de Uruguay, que son las zonas que primero se activan. En octubre todavía se observan posibilidades de heladas y también el comienzo de precipitaciones en la Región Pampeana.
Y ya para noviembre las lluvias son más importantes en toda la región agrícola de Sudamérica, mientras los vientos del norte avanzan con humedad. “Esta reposición de humedad de los suelos llega un poquito tarde, por lo que octubre será aún un mes problemático. El calor se generaliza y todavía hay heladas por aire frío”, dijo Sierra.

Diciembre mantendría las lluvias, y para el verano enero estaría bastante bien “con una campaña gruesa un poquito perturbada pero no dentro de los rangos que traería una Niña fuerte”, consideró.

Para la actividad agrícola se deberá aprovechar el agua cosechada entre noviembre y enero por la posibilidad de algunos focos secos, y una retirada temprana del período lluvioso que ahora se limita a unos cuatro meses. Por esa razón se debe hacer un buen manejo de los cultivos.

Ya para el otoño, en abril comienzan las heladas hacia el sur de Buenos Aires y las precipitaciones se vuelven poco frecuentes.