El Gobierno presentó el Presupuesto 2026 en un contexto político desafiante, refirió la Fundación Barbechando, y dentro de ese proyecto se anticipa que el agro tendrá un crecimiento de su actividad del 2.6%.
En el sector agropecuario, el Presupuesto 2026 asigna a la Secretaría de Agricultura un total de 375.461 millones de pesos, lo que significa 14.075 millones más que en 2025, cuando había recibido 361.386,5 millones. Sin embargo, si miramos lo efectivamente ejecutado hasta septiembre de este año, el gasto fue de 192.974,17 millones, es decir, apenas el 53,4% de lo previsto.
INTA
En cuanto a los institutos, el INTA es nuevamente el organismo con mayor presupuesto: recibirá 258.330 millones de pesos en 2026, frente a los 229.217 millones de 2025. La ejecución de este último fue del 63,9%, con 146.351 millones utilizados.
INV
El Instituto Nacional de Vitivinicultura tendrá una asignación de 16.770 millones, una leve baja respecto de los 17.211 millones del año pasado. Hasta septiembre ejecutó 11.051 millones, equivalente al 64,2% de lo presupuestado.
INASE
El Instituto Nacional de Semillas prácticamente no cambia: contará con 21.230 millones en 2026, frente a los 21.280 millones del 2025. No obstante, la ejecución en este caso fue mucho más baja: solo 5.700 millones, es decir, 26,8% del total.
SENASA
El SENASA dispondrá de 205.370 millones en 2026, frente a los 193.143 millones de 2025. Hasta septiembre se habían utilizado 119.276 millones, lo que equivale a una ejecución del 61,7%.
INSTITUTO DE DESARROLLO PESQUERO
Finalmente, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero recibirá 23.249 millones en 2026, contra 20.635 millones del 2025. En ese año se ejecutaron 11.164 millones, el 54,1% del crédito previsto.
¿QUE PASA CON LA EDUCACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL?
Un punto sensible del Presupuesto 2026 es la educación técnico-profesional. El proyecto deroga el Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional, que en teoría debía financiarse con el 0,2% de los ingresos corrientes del Presupuesto Anual. Ese fondo nunca llegó a ejecutarse en su totalidad —ya sea por efecto de la inflación, por reasignación de fondos hacia otras áreas educativas o porque no se aprobaban las partidas anuales—.
De aprobarse este presupuesto, la educación técnica recibirá menos del 6% de los fondos que tenía asignados actualmente, a través del programa 39 de innovación y desarrollo de la formación tecnológica. Esto implica un recorte significativo en un área clave para la formación de capital humano y para el desarrollo productivo en las economías regionales.
¿QUÉ SUCEDE CON LOS DERECHOS DE EXPORTACIÓN?
En un apartado especial, aparece el debate por las retenciones. El Presupuesto 2026 proyecta que los derechos de exportación aportarán 10,1 billones de pesos, lo que equivale al 0,98% del PBI, un leve incremento respecto al 0,95% de 2025. No se prevén cambios en las alícuotas, pero la relevancia de este ingreso para las cuentas públicas hace improbable cualquier reducción en el corto plazo. El Gobierno desliza que recién a partir de 2027, si se sostiene la disciplina fiscal y la economía crece al ritmo esperado, podría discutirse una baja gradual.
En conclusión, Barbechando indicó que el Presupuesto 2026 es tanto un programa económico como una jugada política. Los números muestran disciplina fiscal, metas optimistas de inflación y crecimiento, y una fuerte orientación del gasto hacia áreas sociales. Para el agro, se mantienen los aportes a través de retenciones y se refuerzan los institutos clave, aunque con diferencias en la capacidad de ejecución. En el plano político, el presidente Javier Milei enfrenta el desafío de lograr la aprobación en el Congreso: una condición indispensable para dar previsibilidad, fijar reglas claras y encarar el año electoral con mayor fortaleza.