Horticultura y biotecnología en General Pico

«Uno de los objetivos de la Jornada Hortícola fue este año la prueba de 170 materiales de distintas especies hortícolas«, dijo el ingeniero Alberto Muguiro, de la AER General Pico del INTA, quien trabaja con el CERET en los ensayos de cultivos intensivos bajo cubierta.

Así los túneles del centro ubicado en el Parque Industrial de esta ciudad expusieron unas 15 variedades de tomate, 18 materiales de acelga, más las pruebas con distintas lechugas, berenjenas, melones, sandías, remolachas y mucho más. «La gente que vino a la jornada pudo ver la amplitud de variedades dentro de cada especie. Hemos conseguido algún semillero con materiales innovadores para berenjenas mini, y otros cultivos que piden los restaurantes«, manifestó, considerando que las verduras hoy requieren para su venta aspectos de estética como colores, tamaño, sabor y más. Para el trabajo de los técnicos esto significa probar, recopilar información sobre rendimiento, calidad, cantidad de frutos, prueba de grados brix (porcentaje de azúcar en los frutos), etc.

En mayo 2025 se expondrá toda la información obtenida, y esa evaluación estará disponible para todos los interesados.

Con la jornada y la labor constante se va actualizando y generando cambios en la producción hortícola local. «Los productores en los últimos 10 a 15 años han incorporado la tendencia de probar productos del CERET y luego reproducirlos en sus establecimientos. Cuando empezamos a traer las acelgas híbridas, con la nueva genética de los semilleros para aumentar el potencial de desarrollo y crecimiento, vieron los ventajas y hoy nos piden los plantines de acelgas híbridas y no la tradicional«, señaló. Son impactos que requieren tiempo pero llegan hasta los horticultores.

BIOLÓGICOS Y ORGÁNICOS

«Hoy la tendencia mundial es el uso de productos biológicos, tanto para pulverizar contra plagas como para mejorar las condiciones ambientales de suelo para las plantas. Por ejemplo, estamos trabajando con varias empresas que nos dan para probar productos biológicos y/o orgánicos, como un consorcio de bacterias que se aplica en forma líquida para que los nutrientes sean más asimilables por la panta de lechuga«, agregó. Otros productos en prueba bajan la cantidad de sales en suelo a partir del agregado de azufre, eliminan los nemátodos de manera orgánica sin problemas con su aplicación y el momento de consumo de la verdura, o utilizan aceites de cítricos para repeler plagas.

«Hay un desarrollo muy grande de productos biológicos en Argentina pero hay que probarlos, ver cómo se desarrollan en nuestros ambientes porque la horticultura tiene zonas muy diferenciadas para la horticultura desde el norte hasta llegar a La Pampa«, indicó.

Muguiro manifestó que las pruebas se hacen por cantidad de ciclos del cultivo o por años, para que los resultados sean serios y reales. Esto se logra con el trabajo en equipo junto a los ingenieros Carlos Pechín y Rodolfo Grasso, afirmó. Por otra parte, la influencia de estos ensayos trasciende la frontera provincial y hoy a partir de la experiencia del CERET se creó un pequeño productivo en San Luis con características similares.

Al mismo tiempo, algunas adaptaciones tienen que ver con el cuidado del medioambiente y la realidad de que las producciones han quedado en zonas periurbanas y las aplicaciones orgánicas son necesarias.

En cuanto a novedades, la lechuga cisne desembarcó este año en el CERET a través del contacto con INTA Castelar. Se trata de una variedad de cultivo que tiene ventajas por su edición génica, que promueve que se expresen o no determinados genes. De esa manera la floración prematura por calor se puede frenar y la planta tiene un mayor tiempo de cosecha. En General Pico se va a evaluar, según el convenio firmado, el comportamiento a campo en diferentes épocas del año, comparando con el resto de las variedades comerciales.