Se trata de una vacuna contra la enfermedad de Marek, la bursitis infecciosa y la laringotraqueítis infecciosa que afectan a las aves como pavos y pollos, entre otros.
Esta nueva vacuna autorizada modifica proteínas que se expresan para que el sistema inmunitario las reconozca como antígenos y así provocar la respuesta inmunitaria. De este modo, cuando el animal es posteriormente infectado por los virus, estos colaboran con el sistema inmunitario para eliminar el patógeno y prevenir el desarrollo de enfermedades.
La Secretaría, a través de la Coordinación de Innovación y Biotecnología y la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), en conjunto con SENASA, determinaron, que estas modificaciones no implican un riesgo adicional para el agroecosistema respecto a la cepa no modificada de la cual deriva. De esta forma la cartera agropecuaria nacional sigue evaluando y autorizando nuevas vacunas para sanidad animal, seguras e inocuas, lo cual potencia la producción agropecuaria de la Argentina.