El agro es uno de los proveedores de cargas para el servicio ferroviario argentino, y las inversiones de las empresas en infraestructura para mejor manejo de la mercadería y otros usos son parte de la clave para agilizar el sistema.
Las inversiones privadas sobre los ramales de Trenes Argentinos Cargas (TAC) siguen impactando en la productividad ferroviaria: en ese sentido, la semana pasada se utilizó al máximo la ampliación en el desvío que Cargill tiene en su planta de la localidad de Río Primero en Córdoba.
Por un lado, la empresa agroindustrial realizó mejoras en la infraestructura de vía, pero fundamentalmente eficientizó el sistema de transporte a través de la implementación de un nuevo redler de carga que es la cinta que lleva la mercancía hasta el ferrocarril. A raíz de esto los vagones cerealeros se llenan con mayor rapidez: se pasó de 200 toneladas/hora a casi 400.
Esta sinergia empresarial entre Cargill y TAC tienen beneficios recíprocos: al cliente le permite ampliar su carga, reducir costos logísticos y llegar a los puertos sin intermediarios; mientras que TAC mejora la rotación de formaciones y aumenta la cantidad de toneladas despachadas. A su vez, disminuye el consumo de combustible y el impacto ambiental.
En esta oportunidad, los 60 vagones fueron cargados con soja que será destinada para la elaboración de aceites y harinas que luego se enviarán a los puertos del Gran Rosario para su exportación.
Se destaca que para el período que va de enero a agosto en el rubro agrícola, que incluye soja, girasol, trigo, y maíz, la línea Belgrano creció un 12% comparado con 2023.
Cabe resaltar que en los últimos años los desvíos ferroviarios empezaron cada vez más a formar parte del paisaje ferroviario ya que TAC cuenta con 60 accesos de este tipo. Considerando los últimos 8 años se habilitaron 17 bifurcaciones a la vía principal.