«El potencial productivo requiere un Plan Estratégico de largo plazo que se constituya en una Política de Estado», indicaron desde la Fundación Producir Conservando con el análisis del ingeniero Gustavo Oliverio.
Una campaña 2024/25 que desde lo climático no termina de resolver el dilema de Niña – Niño o Año Neutro, nos plantea un proyectado de producción cercano a 140 millones de toneladas versus las 128 millones de la campaña anterior y con ello el promedio de los últimos 5 años será de 124 millones de Tn y si tomamos los últimos 10 años el promedio es de 123 millones de Tn.
La producción granaria en Argentina en área sembrada y producción está estancada, mientras nuestros principales competidores (Brasil y USA) continúan generando anualmente récords de área, producción y rendimientos.
El contexto macroeconómico de la Argentina de los últimos años sin dudas no ayudó en nada y sumemos a ello la mirada del país dirigida sólo al mercado interno y no a la exportación de lo producido, marcada por limitaciones, regulaciones y una presión fiscal a la producción granaria centrada en derechos de exportación, que se sumó a otros impuestos distorsivos limitando severamente los resultados económicos y por lo tanto la inversión y el crecimiento.
Aún así, el complejo granario exportó el 73% del volumen total producido desde 2002 a la fecha y generó (si incluimos el estimado de 24-25) 598 mil millones de dólares de ingresos por exportaciones.
Tomando el promedio de los últimos cinco años, con la sequía incluida del 2022-2023, el ingreso anual generado por exportaciones fue de 33.800 millones de dólares (entre el 55 y 60% del total exportado por Argentina).
Con un crecimiento de la producción de algo más del 50% desde 2002 a 2024-2025 como promedios de 5 años de cada punta analizada (pasamos de 80 a 124 millones de toneladas anuales) la tasa anual es cercana al 2% con un potencial productivo muy superior.
La proyección al 2030 realizada por la Fundación Producir Conservando con un área sembrada de 42 millones de hectáreas incluido el doble cultivo es producir 172 millones de toneladas y ello implica llevar el nivel de ingresos por exportaciones del complejo granario a 48 mil millones de dólares, creciendo 16 mil millones en los próximos 5 años ya que pasaría de 32 mil a 48 mil millones de dólares exportados.
La expresión de este potencial productivo tiene como limitante central el logro de una Macro, Política, Institucional y Económica que no hemos alcanzado en muchos años y en el diseño de un Plan Estratégico de largo plazo que se constituya en una Política de Estado.
Al mismo tiempo deberemos trabajar intensamente en crear la infraestructura necesaria (rutas, transportes, conectividad etc) que resuelvan cuellos de botella existentes y en generar una Reforma Fiscal integral que elimine en el tiempo Impuestos Distorsivos por otros Progresivos, que promuevan el Crecimiento y disminuyan la Informalidad actual.
No es sensato pensar en un crecimiento como el proyectado y la sustentabilidad del mismo con la existencia de Derechos de Exportación, mal llamadas Retenciones, que desde su reinstauración en 2002 han aportado, solo como complejo granario, algo más de 140 mil millones de dólares, representando una alícuota del 23,5% promedio del ingreso genuino por exportaciones.
Es un buen momento para pensar en el País, no solo en la reducción del gasto y orden en las cuentas fiscales, sino en una reforma fiscal profunda que elimine gradualmente los impuestos ¨Distorsivos¨ (DEX derechos de exportación o retenciones, débitos y créditos bancarios, ingresos brutos etc) y los reemplace por los impuestos ¨Progresivos¨ (ingreso neto de las personas, Impuesto a las Ganancias) y otros que permiten que quienes más ingresos o ganancias tienen más pagan.
Para el caso de los Derechos de Exportación, el Dr J.Llach propuso claramente en los trabajos realizados en 2004 y 2015 para la Fundación Producir Conservando sobre Reforma Fiscal, que se redujera gradualmente hasta su eliminación a cuenta del Impuesto a las Ganancias permitiendo de esta forma un blanqueo de la actividad económica y dando lugar a un mayor peso a la progresividad impositiva.