En los sistemas ganaderos argentinos hablar de balance de carbono sería la manera de plasmar la realidad de producciones pastoriles que emiten pero además captan carbono, explicó Ernesto Viglizzo, como uno de los disertantes de hoy en el congreso de sanidad organizado por CRA en nuestra ciudad.
Como uno de los profesionales que se refirió a la sustentabilidad de los sistemas y los mitos que existen en torno a la ganadería, Viglizzo se refirió a las concepciones mundiales sobre el cambio climático, consumo de carne y el “pacto verde” que promueven Europa y otros países.
El mercado de carbono para compensar las emisiones es una de las realidades que fomenta no sólo un cuidado del planeta sino también medidas proteccionistas y condiciones de los compradores a los vendedores, consideró en la charla que brindó ante más de 200 personas en las instalaciones de la rural piquense durante la mañana.

Los informes sobre desforestación y las denuncias, como se ve hoy en Paraguay, son parte de una restricción de exportación a la Unión Europea que es una realidad. Al mismo tiempo, las emisiones según Naciones Unidas para agricultura y ganadería serían del 34 al 22%. Y dentro de grupos liderados por ideólogos veganos se advierte que el consumo de carne fomenta esta forma de contaminación. La información que se multiplica hoy en el mundo genera una imagen muy negativa que puede afectar el consumo de alimentos. En cuanto a la salud humana también la campaña actual asegura que hay una realidad extrema entre productos veganos, expuestos como buenos, y los de origen animal y procesados que serían perjudiciales.
Así los ejes argumentales del lobby ambientalista y vegano, con presencia europea, generan una propaganda negativa para las carnes, consideró.
Al contabilizar las emisiones de carbono y otros indicadores de la ganadería aconsejó observar la relación de CO2 por hectárea productiva. La razón para esa decisión es que en Argentina los sistemas ganaderos son pastoriles. Las tierras de pastoreo capturan carbono y así se logra el balance de carbono. Esa es la métrica que se debería dar a conocer en las negociaciones internacionales.
Considerando el análisis del ciclo de vida de un producto (desde el campo hasta los últimos eslabones que llevan el producto a la góndola) se debe saber que hay emisiones previas, otras del predio y otras posteriores en la cadena agroalimentaria.
Viglizzo manifestó que en La Pampa hay emisiones localizadas en el campo, pero gran parte son deslocalizadas y por fuera del predio, por lo que no deberían ser agregadas al productor porque no son manejables por él. Así se ve desde el manejo de residuos de un frigorífico hasta los gases que puede generar un camión u otro medio de transporte.
En el predio rural la cifra de emisiones se reduce radicalmente a la mitad, llegando a un 7 ó 9% de las emisiones, aclaró.
En el feedlot la medición de CO2 por kilo se va a relacionar con la eficiencia en conversión de comida animal a carne, y entonces esa eficiencia es un objetivo a tener en cuenta para reducir la huella de carbono.
La diferencia de un sistema extensivo a uno muy intensivo es notoria, aclaró, y la medición de la huella de carbono pierde entonces seguridad si el método es rígido y no se adapta a las condiciones reales de la producción.
BALANCE DE CARBONO
En lugar de contabilizar sólo las emisiones se debe tener en cuenta la captación, porque más del 80% de las tierras del país tienen capacidad por medio de la fotosíntesis de capturar carbono. Así se puede ver que el sistema extensivo tiene otra relación entre lo que emite el animal y lo que la vegetación (pasturas, árboles y arbustos de monte) retienen en el suelo.
“Hay un porcentaje muy alto de tierras de pastoreo que no se computan como un sistema de ganancia de carbono para el sistema. Un error que venimos señalando muchos investigadores pero no nos escuchan”, afirmó.
Viglizzo destacó que en el estudio de 40 unos campos investigados, sobre esa muestra se ve que un tercio tienen balance positivo de carbono, otro tercio se acerca a un resultado neutro y sólo los restantes estarían en negativo. Quienes tienen ese extra de carbono pueden generar los bonos, agregó.
Esa aplicación sesgada, con mitos y deformaciones, es según Viglizzo una mala interpretación de la ganadería nacional que sólo contabiliza emisiones y no discrimina la realidad del sistema de tipo pastoril extensivo.








