«El negocio agrícola pasa por la incertidumbre del corto plazo», indicó el último informe de la consultora Zorraquin + Meneses, entendiendo la influencia del año electoral y la necesidad de conocer las medidas definitivas de gobierno.
En ese contexto, los mercados locales no reflejaron las variaciones internacionales esperando el nuevo dólar agro o el dólar soja cuatro.
Desde la consultora consideraron que en este contexto las empresas de insumos optan por «suspender ventas por posible incremento de dólar importación y el productor en medio de un ciclo biológico no sabe si conseguirá los insumos que necesita en el corto plazo ( la discusión hoy es por los fertilizante). En este escenario hay que moverse y tomar decisiones, sabiendo que dentro de unos días el escenario será distinto y deberá adaptarse nuevamente. Son las reglas de juego de la presente campaña».
La definición de las medidas del gobierno, básicamente un dólar importación y un dólar exportación, ambos selectivos, tardaron en llegar. Y esa dilatación «no está claro si es una estrategia política, una complicación en la negociación o directamente la antesala del default con el FMI. Mientras tanto, el Estado paga algunos compromisos en Yuanes para ir tirando. Parches y rumores, consignas raras para gobernar«.
Con estas definiciones, que se pueden ampliar en el informe completo de la consultora, el panorama de negocios agrícolas sigue atravesado por la campaña electoral y la incertidumbre, mientras «hay poco margen para otro fracaso productivo» luego de la sequía y las pérdidas de la campaña anterior.