«Los resultados estuvieron bien en relación a esta campaña, porque nuestro objetivo de trabajo es cubrir el 100 por ciento de los establecimientos de la zona. Y se mantuvo el stock de hacienda con 300 cabezas más que en la primera campaña del 2022«, dijo a este portal Dante Cerutti, médico veterinario a cargo de la coordinación técnica de la FUMASA.
El profesional señaló que se vio una reubicación de la hacienda, dentro del total de 145.988 bovinos, porque bajó la tenencia en el feedlot casi al 40%, pero el ganado no se perdió sino que se reubicó en sistemas pastoriles y de suplementación a campo.
El sostenimiento de la hacienda fue una grata realidad, consideró, porque ante la sequía, los precios del ganado que no están acordes a los costos ante fletes, maíces, lo que cuesta hacer una pastura y otros factores que a veces llevan al productor a volcarse hacia la agricultura. Quizás resistir y cambiar los sistemas de alimentación han sido parte del conocimiento adquirido sobre lo que cuesta recuperar luego la hacienda, y ver en la ganadería un capital y recurso productivo a preservar.
BRUCELOSIS: UN TEMA PENDIENTE
«Otro dato interesante es que hemos vacunado casi 12 mil terneras contra la brucelosis, y el objetivo es llegar al 100%. Una parte de esas terneras venían vacunadas en la segunda campaña del año pasado y el resto estamos trabajando con el SENASA para identificar a los 70 productores que no completaron la vacunación con los que se hablará intercampaña para que esos animales no se pasen en cuanto a la edad», explicó a RD.
El veterinario manifestó que si no se vacuna se deja un posible reservorio de brucelosis, un dato que manejan los veterinarios y que los productores también deberían, porque ese porcentaje aún siendo pequeño puede ser perjudicial. Por otra parte, cuando la ternera supera los ocho meses genera anticuerpos que son difíciles de diferenciar de los que se producen con la vacuna y por esa razón en la vaquillona positiva para brucelosis se complica el diagnóstico. Por esa razón, se corre el riesgo de tener que descartar más adelante a un animal positivo.
Cerutti explicó que está falta de vacunación de las terneras a veces se da por desconocimiento y también por cierta resistencia a la disposición de sanidad que se la confunde con una decisión meramente burocrática. «La sanidad hay que hacerla. Y en este aspecto necesitamos que el productor lo entienda. E incluso hay otro actor del sistema como son comisionistas y consignatarios que no ayudan al convencimiento del productor. Si ellos les hacen comprender que el SENASA y los entes sanitarios hacen lo correcto haríamos mucho más. Porque cuando van a cargar y se dan cuenta de que los animales no están aptos para China o no están vacunados contra brucelosis esa es una cuestión de sanidad y no de burocracia«, afirmó.