Los impuestos se llevan más del 64% de la renta agrícola

La medición de marzo de 2022 marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 64,9% para el promedio ponderado de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol.

El análisis de la FADA explica: De cada $100 de renta (valor de la producción menos costos) que genera una hectárea agrícola, $64,90 es lo que representan los distintos impuestos nacionales, provinciales y municipales.
Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 64,9%, la participación del Estado en soja es del 69,9%, maíz 56,1%, trigo 58,5% y girasol 56,2%.

El índice de marzo es 1,7 puntos porcentuales más alto que el de diciembre. Aún con la importante suba de precios, que normalmente haría bajar el indicador, los menores rindes esperados como consecuencia de la sequía, los mayores costos de producción y el atraso del dólar oficial respecto a la inflación, terminaron pesando más que la mejora de precios. El único cultivo que tiene una menor participación del Estado en la renta agrícola es el trigo, que no sufrió el efecto de la sequía y sus precios subieron más que el resto.
Estas variables no tienen que ver con los impuestos de manera directa, sino que influyen sobre la renta que genera cada cultivo y, por lo tanto, mueven el índice por la participación relativa de los impuestos sobre esta renta.

Una mejora de precios hace bajar la participación del Estado, una suba de costos la hace subir. Esto es así porque el grueso de los impuestos que paga la agricultura son derechos de exportación, que actúan sobre el valor bruto de la producción y no sobre las ganancias. Las únicas variaciones de impuestos entre diciembre y marzo, son los impuestos municipales y provinciales fijos, como las tasas viales y los inmobiliarios rurales, que se actualizan a comienzos de año, en la mayor parte de los distritos el promedio de suba de estos impuestos se ubicó entre 50% y 60%.

Hacia adelante, la suba de los derechos de exportación al aceite y harina de soja impactarán en los números del productor, no a través de un incremento de los impuestos, ya que el grano tiene un DEX del 33%, sino a través de un menor precio percibido por la soja. Con la suba de la alícuota a los subproductos, la industria tendrá menor poder de compra, por lo que podrá pagar menos por el grano. La baja estimada en el poder de compra es de USD 15 por toneladas. Así, es de esperar que, en promedio, el precio pagado al productor baje alrededor de este número.