He recorrido los puestos de aquella gente sencilla, ya no están esas familias pero su historia ha quedado, que tal vez en el poblado la recuerdan sus semillas.
Anduve buscando un puesto me quedé desorientado, y cuánto tiempo ha pasado parece que fuera un sueño, ya no son los mismos dueños, hasta el nombre le han cambiado.
Yo no sé dónde salen los que compran tanto campo, y creo que es un espanto que tengan precio los sueños, los puesteros son los dueños porque han trabajado tanto.
Versos extraídos con permiso del autor, Ariel Alpataco Vazquez, del libro Los últimos puesteros.