“Pensando en la evolución del clima para el trimestre y las perspectivas para la gruesa hay algunas variables que permiten dar una idea”, consideró el ingeniero Guillermo Casagrande en la reciente jornada que se realizó en la sede piquense del CIALP con la coordinación del Ministerio de la Producción.
El profesional explicó que el fenómeno ENSO, que es El Niño Oscilación del Sur, que tiene tres etapas, relacionadas con lo que ocurre con la temperatura a nivel marítimo con el Océano Pacífico Ecuatorial y el comportamiento del sistema atmosférico sobre ese sector, y cuando hay cambios en temperaturas se ven las diferentes etapas del fenómeno. Sin variantes se da un momento neutro, sobre valores normales es cuando hablamos de El Niño y cuando vamos por debajo pensamos en La Niña. Este fenómeno tiene repercusión mundial y una duración prolongada en el tiempo.
Se puede extender en el lapso de un año pero tiene su principal definición entre agosto y septiembre, es por esta razón que ahora se observa la posibilidad de un fenómeno de La Niña. Otra característica que detalló Casagrande es que en la región núcleo la incidencia se da de forma más pronunciada que en el resto del país, pero aún así en La Pampa no ocurre igual que en otras provincias y esa variación se vio justamente en los primeros días del mes con las abundantes lluvias.
Luego, afirmó, se esperan algunas alteraciones desde mediados de diciembre hasta la primera quincena de enero 2022 cuando las precipitaciones pueden estar con incidencia entre regular y deficiente. Para ello el productor debe disponer diferentes formas de manejo, fechas de siembra, densidad de cultivos y definición según los requerimientos hídricos.
Pensado en el balance climático las siembras tardías se pueden ver más favorecidas, pero igual se piensa en apuntar un porcentaje a tardías y otro a tempranas como una opción para los productores.