En la primera semana de junio se dio inicio al relevamiento de precampaña de girasol para el ciclo 2021/22. Y la BC anticipó que el cultivo tracciona las hectáreas “resignadas por déficit hídrico” para el siguiente verano.
Desde entonces y hasta la fecha, informaron desde la bolsa, se ha ido registrando semanalmente la tendencia en la intención de siembra para el nuevo ciclo de la oleaginosa, cuya ventana óptima se extiende desde mediados del mes de agosto en las regiones del norte del país, hasta fines de noviembre en el sur del área agrícola.
El escenario refleja una tendencia positiva en términos de área a implantar, traccionada por: la necesidad de recuperar las hectáreas resignadas por déficit hídrico durante el ciclo previo, perspectivas climáticas que anuncian año neutral a seco (contexto sobre el cual la oleaginosa se desempeña mejor que el resto de los cultivos de verano), resultados positivos obtenidos en regiones clave durante la campaña pasada, una relación de precios que continúa siendo favorable pese a la baja de la cotización en los últimos meses, y la posibilidad de los productores de refinanciarse anticipadamente sobre todo en el noreste del área agrícola.
Frente a este panorama, se proyecta una superficie total destinada al girasol de 1.800.000 hectáreas para la nueva campaña, sujeta a la evolución del contexto económico y a la ocurrencia oportuna de precipitaciones durante la ventana de siembra.
En términos relativos, la actual proyección refleja una expansión interanual del área sembrada del 38,5 % (es decir, unas 500.000 hectáreas por encima al ciclo previo) y un incremento del 11,8 % en comparación al promedio del último quinquenio.