Forraje hidropónico: una solución en épocas de sequía

La FAO se refirió a la experiencia ganadera que se lleva adelante en Namibia con el testimonio de pequeños productores como Agnes Tengovandu-Tjindo, residente en Otjozondjou, dedicada a la actividad caprina.

“Perdí gran cantidad de mi ganado y solo conseguí librar a duras penas algunos vacunos y cabras”, manifestó, al tiempo que señalaba hacia donde yacían parte de sus vacunos bajo una gáa (acacia erioloba), no lejos de su explotación.

En el último par de años, Namibia ha estado recuperándose de una de las peores sequías de su historia reciente. Los agricultores no han logrado alimentarse a sí mismos ni a sus animales con sus cultivos. La compra de forraje resultaba demasiado costosa, de modo que tenían que buscar una alternativa.

Es ahí cuando, en el marco de un proyecto respaldado por la FAO en la comunidad de Agnes, se introdujo la hidroponía, una forma innovadora de cultivar utilizando poca agua y nada de suelo.

Se trata de un proceso sencillo que consiste en, primero, remojar semillas de cebada hasta que germinen y, a continuación, colocarlas en una estructura simple de invernadero donde se les seguirán aportando nutrientes y agua para que crezcan. La cebada se riega durante siete días y, posteriormente, los brotes y la estera de raíces resultantes se recolectan para alimentar el ganado. Este método hidropónico tiene múltiples ventajas: el forraje no tarda más que una semana en cultivarse comparado con las varias semanas que llevaría utilizando métodos ordinarios. No requiere combustible y precisa poca agua, por lo que es ideal en épocas de sequía.

Cuando Agnes escuchó hablar por primera vez del proyecto, se dio cuenta inmediatamente de las ventajas que aportaría a su comunidad y se mostró entusiasmada con participar. La asociación local de agricultores a la que Agnes pertenecía la recomendó para el proyecto, convirtiéndose en uno de los más de 3.000 agricultores que recibirían capacitación en el proceso de producción de forraje hidropónico.

En el marco del proyecto, financiado por el Fondo Central de las Naciones Unidas para la Acción en Casos de Emergencia y ejecutado por la FAO y varias organizaciones de Namibia, se han establecido 79 sistemas de producción de forraje hidropónico de invernadero en las siete regiones del país.

Varios especialistas de la FAO y un experto en hidroponía del Sindicato Nacional de Agricultores de Namibia capacitaron al personal del Ministerio de Agricultura del país. A su vez, estos difundieron los conocimientos adquiridos entre los agricultores que participaban en el proyecto quienes, a continuación, los transmitieron a sus comunidades.

Unos 50 agricultores, que viven cerca de los distintos invernaderos, trabajan juntos en el marco del proyecto, bajo la tutela de Agnes. Todos participan en la producción del forraje —desde la preparación de las semillas de cebada hasta el riego y la recolección de las plantas— y deciden de común acuerdo cómo repartir los productos. De este modo, no hay ningún agricultor que no esté familiarizado con la tecnología ni que no haya adquirido los conocimientos y la experiencia necesarios para seguir adelante en el futuro. Agnes dice con orgullo que su comunidad se ha implicado plenamente en el invernadero y que este se ha convertido en un elemento fundamental para su supervivencia.

“Hemos creado un sistema que no solo asegura que cada hogar reciba forraje del invernadero, sino que también permite a todos los agricultores participar en su producción”, dice Agnes. “Aunque vuelva a llover, lo seguiremos utilizando y preservando, dado que el cambio climático es una realidad innegable y las sequías pueden sobrevenir en cualquier momento”.