Los últimos puesteros: Antonia y Heliberto

Tengo la pava en el fuego
unas tortas en la cocina,
una taza con “buchina”
y de cajón los estantes,
por si llega “El Gringo” Infante
junto a “La Toña” Salinas.
Se viene al tranco largo
donde su campo deslinda,
pero qué cosa más linda
cuando los dos son unidos,
ya van volviendo a su nido
por el puesto La Deolinda.
Ellos supieron estar
allá por Las Tres Lomitas,
donde criaron sus hijitas
donde oficiaban de peones,
se cansaron de patrones
y se hicieron su casita.

Versos extraídos con permiso del autor, Ariel “Alpataco” Álvarez, del libro “Los últimos puesteros”.