La jornada destinada a analizar la campaña gruesa en La Pampa, desde una perspectiva económica, se realizó días atrás pero es posible volver a verla. Los especialistas hablaron de los precios dólar para cada cultivo y las variables a considerar.
Se trata de la propuesta, organizada por Facultad de Agronomía junto con la Dirección de Extensión Agropecuaria del Ministerio de la Producción, denominada: Costos e indicadores económicos para la presente campaña agrícola en La Pampa.
Con el análisis a cargo de los doctores Santiago Ferro Moreno y Jorge Luis Paturlanne, la Lic. Rocío Gonzalez y Pablo Kenny.
Paturlanne evaluó la oferta y refirió que las proyecciones del mercado local son de casi 130 millones de toneladas para la campaña, teniendo en cuenta los recortes por el efecto Niña. En ese marco se trabaja con un maíz 2021 a 170 dólares/ tonelada (julio – agosto), girasol a 410 dólares posición marzo en los mercados a término y soja para mayo en 310 dólares.
Todo esto implica además, según expuso, ver el dólar futuro que se está negociando para abril a 108 pesos, y para mayo a 114. La inflación es compleja para proyectar, pero algunos consultores hablan del 40 al 50% y otros llegan hasta el 60%. Y lo que bajó en relación a lo esperado meses atrás es el costo descubierto por las tasas de interés que disminuyeron, quedó entre el 57 y el 84%.
Dentro de la jornada, Gonzalez se refirió a una variable interesante al analizar la estacionalidad en el precio de los cultivos. Con datos de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca y del INDEC habló sobre las cotizaciones para los cultivos de gruesa. Con un análisis anual se observó que el girasol tiene sus mejores valores entre junio y agosto con bajas pronunciadas para diciembre- febrero. En cuanto a la soja, el mayor precio se da en agosto mientras que el menor se registró en mayo. Para el maíz la cotización más alta es en marzo y la más baja en octubre.
Paturlanne agregó que observar la lógica de la estacionalidad es una variable más al momento de tomar decisiones. Y destacó que a diferencia de otros años, cuando la cotización sube porque la industria se abastece de materia prima, en cuanto al girasol el 2020 ha sido un poco atípico.