Yo soy de aquel jarillal, donde se pierde la nada, sobre esa tierra callada donde florecen tomillos, y los fuelles de los grillos pintan la noche estrellada.
Yo soy un viejo Alpataco, que suelo vestir los bordos, y soy como el choique gordo que se echa a la tardecita, chicharrón con tortas fritas y torta asada al rescoldo.
Tengo el verdor de mi tierra, como tiene el piquillín, más dulce que el macachín y espina de chilladora, soy la paciente demora de aquella tierra sin fin.
Versos tomados con permiso del autor Ariel “Alpataco” Vazquez del libro “Los últimos puesteros”.