Hace unos días partí abriendo muchas tranqueras, de puestos que son tapera y campos que se han vendido, en otras manos han caído, muchas de ellas extranjeras.
Llegan comprándolo todo dejan mi tierra sin nada ni las vacas, ni la aguada sólo arrean inversiones por eso no quedan peones en esta tierra olvidada.
Cuánta tristeza me dió aquella tierra tan pobre, se fue la mano del hombre de los puestos, de los sueños, no sólo cambian los dueños también les cambian los nombres.
Versos extraídos con permiso del autor del libro “Los últimos puesteros” de Ariel “Alpataco” Vazquez.