El sector agrícola y de alimentos mostró “resiliencia” en plena cuarentena

En el lanzamiento de la Campaña 20- 21 la Bolsa de Cereales de Buenos Aires invitó a Máximo Torero (economista jefe de la FAO) para dar un panorama sobre el contexto comercial y agrícola de los próximos meses.

Así el especialista señaló que la pandemia afectó al sector alimentario y las medidas de seguridad implementadas fueron en principio más estrictas para luego moderarse. Como consecuencia de la cuarentena se observaron algunos problemas de logística y esto generó incertidumbre. Hoy no se afecta la producción en cuanto a barreras a la exportación pero lo que aún queda por resolver, al menos para Argentina, es el cambio de las tripulaciones de las naves de alimentos.

“Argentina está en la lista, no sé si ya se solucionó el problema, como Colombia y Perú con las restricciones para el cambio de tripulación. Es muy importante corregir esto porque ya es necesario cambiar las tripulaciones porque el máximo de permanencia en las naves es de seis a nueve meses y esto podría llegar a afectar el movimiento de alimentos”, analizó.

Otro punto a tener en cuenta, es cómo el sector agrícola ha reaccionado para solucionar los problemas de logística, tanto desde lo privado como desde los gobiernos. Así la producción se encuentra hoy sobre los dos millones de toneladas en alimentos superando lo generado en el 2019, y los stocks para lograr estabilidad están un 1.7% sobre el año pasado. “O sea que en el mundo tenemos alimentos suficientes y se solucionaron la mayoría de los problemas de logística. Pero lo que sabemos es que el tema del acceso es lo que más se verá afectado“, indicó.

Torero dijo que la transmisión del COVID se observó en principio por la logística o sea el movimiento de la mano de obra, la producción y la oferta. El tema de la liquidez y el apoyo económico ha tenido acciones desde los bancos centrales para colaborar, y se contuvo. Y desde la demanda se espera que el problema más serio se comience a sentir ahora, por la recesión y la caída del PBI mundial del 4.9% según el FMI, eso es lo que se piensa sobre el acceso a los alimentos.

Después están dos factores más a considerar que son el tipo de cambio y el tema energético, porque recordó que los precios del petróleo bajaron y siguen en descenso afectando la venta de biocombustibles. El tipo de cambio “juega un doble rol”, porque en la primera etapa de la cuarentena hasta agosto había un proceso de devaluación, en el que el dólar se fortalecía versus la moneda local y esto afectaba a los países importadores. Pero a partir de ahora se ve una revalorización de las monedas locales y esto quiere decir que el dólar es más barato beneficiando así a quienes deben importar y a los países con endeudamiento. “Nuestra expectativa es que se volverá a la situación anterior, con la suba del dólar y eso mejora la competitividad de la parte exportadora ayudando a quienes venden granos”, afirmó.

Viendo a China, que es un gran importador de alimentos, Torero recordó que el gigante asiático tiene un problema con el abastecimiento de cerdo después de la PPA y es por ello que el precio de ese tipo carne comenzó a subir al igual que los granos que sirven de alimento a esos animales. Además, si China decide recuperar su stock comprando cereales eso podría influir aún más en los precios.

“El mercado de cereales y de alimentos ha mostrado una fuerte resiliencia y es uno de los pocos sectores que está creciendo en todos los países del mundo”, concluyó.