Pese a los contratiempos la soja logró mejores rindes que en la campaña anterior

Finaliza la campaña 2023/24, restando cosechar algunos lotes de segunda, que han retrasado la trilla por alta humedad. Esta campaña tuvo mayor superficie implantada y retrasos en la siembra por humedad y bajas temperaturas en diciembre.

En este ciclo, la superficie implantada con la oleaginosa incrementó un 5%, debido principalmente a los menores costos de producción en comparación a sus competidores y a la disminución de la superficie destinada a girasol.

El inicio de la siembra se retrasó a causa de la escasa humedad de los perfiles y las bajas temperaturas registradas, comenzando la primer quincena de noviembre. Las lluvias de diciembre mejoraron esta situación impulsando las labores de implantación. Esto provocó un incremento del 10% en materiales tardios y de segunda, mientras que la siembra temprana se elevó un 2%.

El comienzo del período vegetativo se retrasó por falta de temperatura, posteriormente el aumento térmico de principios de enero aceleró el crecimiento. La acumulación de días de altas temperaturas y escases de precipitaciones provocaron que los cultivos sufrieran estres térmico e hídrico, afectando principalmente lotes que transitaban el período reproductivo. Estos eventos meteorológicos, en algunos casos, detuvieron el crecimiento y provocaron aborto floral.

Las labores de cosecha se retrasaron por las lluvias ocurridas en marzo y abril, que generaron problemas en algunos lotes como pérdida de granos por la dehiscencia de las vainas y de logística. En casos puntuales, la trilla con altos porcentajes de humedad (18-19%) provocó proliferación de hongos y brotado del poroto afectando su calidad.

A pesar de estas dificultades, los rendimiento estuvieron por encima de lo esperado, superando los rindes promedios históricos luego de la fuerte caída de la campaña 2022/23.